Urge tomar medidas frente al cambio climático.
El coordinador de la Oficina de Desarrollo Humano (ODH) del PNUD, Miguel Ceara-Hatton, participó en la presentación del Informe “Desarrollo con menos carbono: respuestas latinoamericanas al desafío del cambio climático”, presentado por el Banco Mundial. El informe afirma que el cambio climático es inequívoco y se aprecia, entre otros efectos, en el aumento de las temperaturas en más de 1 grado centígrado y en la mayor frecuencia de climas extremos en la forma de huracanes y lluvias intensas que han experimentado especialmente América Central y el Caribe.
Como señaló Ceara-Hatton, con los datos existentes hasta el momento “sabemos que estaremos enfrentados a aumentos del nivel del mar, sequías, inundaciones, variación en el régimen de lluvias, muerte y decoloración de los arrecifes de coral lo cual tendrá impactos en las condiciones de vida de las personas, aumentado su vulnerabilidad’’. Ante esta situación, “se verán afectadas las fuentes de comida, el abastecimiento de agua y la situación de salud’’ en República Dominicana “lo cual exige dos tipos de respuesta “mitigación y adaptación’’.
Según el coordinador de la ODH, la mitigación conlleva reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Para ello es necesario acelerar los procesos de forestación lo cual puede ayudar a regular los flujos hidrológicos, restaurar la fertilidad de las tierras, reducir la erosión, proteger la biodiversidad y aumentar el suministro de productos de los bosques, ya sean madereros o no. Asimismo, destacó el gran impacto que tendría mejorar la eficiencia energética.
La otra respuesta es la adaptación “que tienen que ver con mejorar las condiciones de vida de la gente, con políticas de desarrollo. Mejores políticas de desarrollo y mejores instituciones para reducir las condiciones de vulnerabilidad de las personas’’ subrayó Ceara-Hatton.
Entre las predicciones que se realizan para República Dominicana merecen especial atención la disminución de las precipitaciones -para el 2100 ninguna zona del país recibiría más de 1,000 mm cúbicos de agua- y la disminución del volumen de agua, que va de un 28% a un 60% para finales de siglo, según los estudios. Además, Ceara-Hatton recordó los datos que se manejan sobre el aumento del nivel del mar. En Bávaro y Punta Cana para el año 2030 pudiera ocurrir un ascenso máximo del nivel del mar de 6.8 metros, lo cual pudiera significar la pérdida de un 29% del frente de playa actual de la Playa Cabeza de Toro. El ascenso del nivel del mar podría ocasionar pérdidas por sumersión a las instalaciones turísticas comprendidas entre Arena Gorda y Punta Cana. También el cambio climático conlleva un incremento en la frecuencia y en la intensidad de los huracanes, sequías e inundaciones.
“Que no nos vuelva a pasar lo mismo que nos ocurrió con las zonas francas, que teniendo información las élites económicas y políticas vinieron a actuar cuando tenían el agua al cuello’’ dijo el Coordinador de la ODH.
Por otro lado, según Walter Vergara, Especialista del Banco Mundial en Cambio Climático para el Caribe, República Dominicana, al igual que sus vecinos en el Caribe, está expuesto a eventos extremos del clima y a impactos inducidos por aumentos de la temperatura del mar, lo cual se traduce en un impacto en la pesca y en la protección costera. También, los corales del Caribe emblanquecerán y eventualmente morirán. Un 80% de los corales del Caribe se han visto afectados recientemente por el descoloramiento, lo cual ha resultado en la muerte de algunos y todos podrían desaparecer para el año 2060.
viernes, 3 de julio de 2009
martes, 28 de abril de 2009
ECOLOGIA
.Sabiduría indígena contra el cambio climático.
Por Stephen Leahy.*
Los pueblos originarios, ancestralmente unidos a la tierra, han aprendido algunas lecciones útiles para frenar y soportar el cambio climático.
ANCHORAGE, Estados Unidos, 27 abr (Tierramérica).-
Mientras los países industriales emiten crecientes volúmenes de gases de efecto invernadero, los pueblos originarios necesitan adaptarse a un clima cada vez más peligroso para sobrevivir.
A lo largo de la historia, las comunidades indígenas desarrollaron un gran arsenal de prácticas que hoy podrían servir para lidiar con el cambio climático. “¿Por qué no darles un día de descanso a los automóviles y los aviones? Y luego, dos días de descanso. Eso reduciría la contaminación”, sugirió Carrie Dann, sabia de la etnia estadounidense de los shoshones occidentales.
Dann, ganadora del Right Livelihood Award 1993 --conocido como el Premio Nobel Alternativo-- por su activismo en la protección de sus tierras ancestrales, hizo el planteo ante unos 400 delegados reunidos del 20 al 24 de este mes en la Cumbre Mundial de los Pueblos Indígenas sobre el Cambio Climático, celebrada en Anchorage, en el noroccidental estado estadounidense de Alaska.
Dann sostuvo que es necesario curar la “fiebre” de la Madre Naturaleza. “Mi territorio se está volviendo muy caliente y hay muchos incendios en las praderas”, señaló.En Australia, para prevenir incendios similares que en los últimos años devastaron grandes superficies y dejaron cientos de muertos, los aborígenes de Western Arnhem Land, en el Territorio del Norte, practican quemas tradicionales controladas.
Al impedir esos enormes incendios también se reducen las emisiones de gases invernadero. Y, por primera vez en el mundo, esos aborígenes han vendido a la industria créditos de carbono por 17 millones de dólares, generando un ingreso significativo a sus comunidades, según un informe presentado en Anchorage.Siguiendo la tradición, luego de la temporada lluviosa los indígenas australianos aplican quemas controladas para crear barreras que luego, en la estación seca, actúan como cortafuegos de los incendios forestales.
Los fuegos descontrolados generan una gran cantidad de las emisiones de carbono de Australia. En los últimos años, muy pocos aborígenes pudieron seguir viviendo en la tierra o haciendo quemas controladas. Ahora podrían asumir un nuevo papel en el combate al cambio climático.
“El mundo tiene que prestar más atención a las opiniones de las comunidades indígenas y a la sabiduría del conocimiento ancestral”, sostuvo Sam Johnston, de la Universidad de las Naciones Unidas, copatrocinante de la cumbre.En Asia, los pueblos originarios desarrollan diferentes variedades agrícolas y aplican distintos modelos de siembras, dijo en la conferencia Victoria Tauli-Corpuz, presidenta del Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
También participan en la agrosilvicultura sostenible, la generación energética con biomasa y pequeñas centrales hidroeléctricas. En la isla indonesia de Bali, los indígenas rehabilitan arrecifes y protegen manglares.
En Filipinas, la población autóctona traza mapas de las aguas de sus tierras y desarrolla un plan de manejo integrado.“Muchos hacen estas cosas por su cuenta, sin ningún apoyo”, destacó Tauli-Corpuz.
En Honduras, bajo el frecuente azote de huracanes, la etnia quezungal desarrolló un método agrícola para sembrar bajo los árboles, lo que permite que las raíces se aferren mejor al suelo y se reduzca así la pérdida de cultivos en los desastres naturales.
En Guyana, los pueblos indígenas adoptaron un estilo de vida nómade, trasladándose a zonas más forestadas en la estación seca, y ahora plantan mandioca (Manihot esculenta), su principal alimento, en planicies aluviales que antes se consideraban demasiado húmedas para la siembra.
En Belice, los agricultores están volviendo a prácticas tradicionales y trasladándose a terrenos más elevados, informaron otros delegados.
En África, los pigmeos baka, de Camerún sudoriental, y los bambendzele, de la República del Congo, han desarrollado nuevos métodos de caza y de pesca para adaptarse a una realidad con menos lluvias y más incendios forestales.
Aunque los pueblos originarios tienen una gran capacidad de adaptación y hay tratados y leyes internacionales que les garantizan su derecho al alimento y a sus formas de vida tradicionales, el cambio climático amenaza todo esto, dijo Andrea Carmen, de la etnia yaqui de Estados Unidos.
Cuando los jefes de las tribus de la sudoccidental provincia canadiense de Alberta declararon que había que poner fin a la explotación de las arenas petrolíferas, los ignoraron, enfatizó Carmen, directora ejecutiva del Consejo Internacional de Tratados Indios, una organización de defensa de los derechos indígenas.La extracción de petróleo de las arenas alquitranadas es la principal razón por la que Canadá aumentó cuatro por ciento su contaminación climática entre 2006 y 2007 y está 33,8 por ciento por encima del compromiso de reducción de emisiones, que asumió por ser parte del Protocolo de Kyoto, en vigor desde 2005.
Pero los pueblos indígenas también observan con cautela acciones de gobiernos e industrias en respuesta al cambio climático, como construir granjas eólicas y plantas de biocombustibles, a menudo en sus tierras o en lugares donde los afectan, perjudicando su sustento, explicó Gunn-Britt Retter, del finlandés Consejo Saami.“Contamos con los conocimientos tradicionales para soportar estos cambios climáticos, y necesitamos usarlos a fin de ayudar a nuestras culturas” a hacer lo mismo, dijo. Los pueblos indígenas “debemos participar plena y efectivamente en los planos nacional e internacional para que nuestras culturas sobrevivan a estos cambios”, agregó.
Ya pasaron 17 años desde la primera reunión de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, destacó Sheila Watt-Cloutier, ex presidenta del Consejo Circumpolar Inuit.“Debemos actuar rápidamente. Ésta es la última oportunidad de asumir el control”, dijo a los delegados por videoconferencia desde su hogar en Iqaluit, en la septentrional provincia canadiense de Nunavut. “El mundo necesita la sabiduría de nuestras culturas”, concluyó.
* El viaje de Stephen Leahy a Alaska fue financiado por la Universidad de las Naciones Unidas y Project Word, una organización no gubernamental sobre medios, con sede en Estados Unidos.
Por Stephen Leahy.*
Los pueblos originarios, ancestralmente unidos a la tierra, han aprendido algunas lecciones útiles para frenar y soportar el cambio climático.
ANCHORAGE, Estados Unidos, 27 abr (Tierramérica).-
Mientras los países industriales emiten crecientes volúmenes de gases de efecto invernadero, los pueblos originarios necesitan adaptarse a un clima cada vez más peligroso para sobrevivir.
A lo largo de la historia, las comunidades indígenas desarrollaron un gran arsenal de prácticas que hoy podrían servir para lidiar con el cambio climático. “¿Por qué no darles un día de descanso a los automóviles y los aviones? Y luego, dos días de descanso. Eso reduciría la contaminación”, sugirió Carrie Dann, sabia de la etnia estadounidense de los shoshones occidentales.
Dann, ganadora del Right Livelihood Award 1993 --conocido como el Premio Nobel Alternativo-- por su activismo en la protección de sus tierras ancestrales, hizo el planteo ante unos 400 delegados reunidos del 20 al 24 de este mes en la Cumbre Mundial de los Pueblos Indígenas sobre el Cambio Climático, celebrada en Anchorage, en el noroccidental estado estadounidense de Alaska.
Dann sostuvo que es necesario curar la “fiebre” de la Madre Naturaleza. “Mi territorio se está volviendo muy caliente y hay muchos incendios en las praderas”, señaló.En Australia, para prevenir incendios similares que en los últimos años devastaron grandes superficies y dejaron cientos de muertos, los aborígenes de Western Arnhem Land, en el Territorio del Norte, practican quemas tradicionales controladas.
Al impedir esos enormes incendios también se reducen las emisiones de gases invernadero. Y, por primera vez en el mundo, esos aborígenes han vendido a la industria créditos de carbono por 17 millones de dólares, generando un ingreso significativo a sus comunidades, según un informe presentado en Anchorage.Siguiendo la tradición, luego de la temporada lluviosa los indígenas australianos aplican quemas controladas para crear barreras que luego, en la estación seca, actúan como cortafuegos de los incendios forestales.
Los fuegos descontrolados generan una gran cantidad de las emisiones de carbono de Australia. En los últimos años, muy pocos aborígenes pudieron seguir viviendo en la tierra o haciendo quemas controladas. Ahora podrían asumir un nuevo papel en el combate al cambio climático.
“El mundo tiene que prestar más atención a las opiniones de las comunidades indígenas y a la sabiduría del conocimiento ancestral”, sostuvo Sam Johnston, de la Universidad de las Naciones Unidas, copatrocinante de la cumbre.En Asia, los pueblos originarios desarrollan diferentes variedades agrícolas y aplican distintos modelos de siembras, dijo en la conferencia Victoria Tauli-Corpuz, presidenta del Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
También participan en la agrosilvicultura sostenible, la generación energética con biomasa y pequeñas centrales hidroeléctricas. En la isla indonesia de Bali, los indígenas rehabilitan arrecifes y protegen manglares.
En Filipinas, la población autóctona traza mapas de las aguas de sus tierras y desarrolla un plan de manejo integrado.“Muchos hacen estas cosas por su cuenta, sin ningún apoyo”, destacó Tauli-Corpuz.
En Honduras, bajo el frecuente azote de huracanes, la etnia quezungal desarrolló un método agrícola para sembrar bajo los árboles, lo que permite que las raíces se aferren mejor al suelo y se reduzca así la pérdida de cultivos en los desastres naturales.
En Guyana, los pueblos indígenas adoptaron un estilo de vida nómade, trasladándose a zonas más forestadas en la estación seca, y ahora plantan mandioca (Manihot esculenta), su principal alimento, en planicies aluviales que antes se consideraban demasiado húmedas para la siembra.
En Belice, los agricultores están volviendo a prácticas tradicionales y trasladándose a terrenos más elevados, informaron otros delegados.
En África, los pigmeos baka, de Camerún sudoriental, y los bambendzele, de la República del Congo, han desarrollado nuevos métodos de caza y de pesca para adaptarse a una realidad con menos lluvias y más incendios forestales.
Aunque los pueblos originarios tienen una gran capacidad de adaptación y hay tratados y leyes internacionales que les garantizan su derecho al alimento y a sus formas de vida tradicionales, el cambio climático amenaza todo esto, dijo Andrea Carmen, de la etnia yaqui de Estados Unidos.
Cuando los jefes de las tribus de la sudoccidental provincia canadiense de Alberta declararon que había que poner fin a la explotación de las arenas petrolíferas, los ignoraron, enfatizó Carmen, directora ejecutiva del Consejo Internacional de Tratados Indios, una organización de defensa de los derechos indígenas.La extracción de petróleo de las arenas alquitranadas es la principal razón por la que Canadá aumentó cuatro por ciento su contaminación climática entre 2006 y 2007 y está 33,8 por ciento por encima del compromiso de reducción de emisiones, que asumió por ser parte del Protocolo de Kyoto, en vigor desde 2005.
Pero los pueblos indígenas también observan con cautela acciones de gobiernos e industrias en respuesta al cambio climático, como construir granjas eólicas y plantas de biocombustibles, a menudo en sus tierras o en lugares donde los afectan, perjudicando su sustento, explicó Gunn-Britt Retter, del finlandés Consejo Saami.“Contamos con los conocimientos tradicionales para soportar estos cambios climáticos, y necesitamos usarlos a fin de ayudar a nuestras culturas” a hacer lo mismo, dijo. Los pueblos indígenas “debemos participar plena y efectivamente en los planos nacional e internacional para que nuestras culturas sobrevivan a estos cambios”, agregó.
Ya pasaron 17 años desde la primera reunión de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, destacó Sheila Watt-Cloutier, ex presidenta del Consejo Circumpolar Inuit.“Debemos actuar rápidamente. Ésta es la última oportunidad de asumir el control”, dijo a los delegados por videoconferencia desde su hogar en Iqaluit, en la septentrional provincia canadiense de Nunavut. “El mundo necesita la sabiduría de nuestras culturas”, concluyó.
* El viaje de Stephen Leahy a Alaska fue financiado por la Universidad de las Naciones Unidas y Project Word, una organización no gubernamental sobre medios, con sede en Estados Unidos.
sábado, 25 de abril de 2009
Gobierno Local
II CONGRESO INTERNACIONAL DE DESARROLLO HUMANO MADRID 2009.
LA CIUDAD SOSTENIBLE: LOS RETOS DE LA POBREZA URBANA
PONENCIA: “DESCENTRALIZACIÓN DEL ESTADO, SURGIMIENTO DEL BUEN GOBIERNO LOCAL Y NUEVAS OPCIONES PARA EL DESARROLLO LOCAL ENDÓGENO EN AMÉRICA LATINA”
MARIO ROSALES ORTEGA
Objetivo central de la Ponencia o Caso:
Mostrar que los procesos de descentralización llevados a cabo durante las décadas de los ochenta y los noventa en América Latina han permitido el surgimiento de formas nuevas de “buen gobierno local” (gobernanza), que constituyen una oportunidad para impulsar procesos de desarrollo de base endógena, compatibles con la globalización, pero no dependientes de esta. También mostrar los peligros actuales –recentralización y crisis mundial- y las maneras de contrarrestarla, a lo menos parcialmente.
Breve indicación de su justificación y antecedentes:
Tradicionalmente, en América Latina los diversos países –sean federales o unitarios- se caracterizaron por un centralismo agobiante y excesivo, con preeminencia de gobiernos autoritarios, paternalistas o, al menos, poco democráticos. Concomitantemente, las culturales institucionales, administrativas y de ejercicio del poder han sido siempre verticales, caudillistas y muy poco participativas.
Por estas razones, entre otras, los estados latinoamericanos han visto mermada su capacidad para aplicar políticas públicas efectivas de largo plazo –validadas democráticamente y compartidas por la población- que les permitan simultá-neamente corregir las desigualdades sociales y territoriales e impulsar formas de desarrollo sostenidas, básicamente, en sus capacidades y recursos propios.
No obstante, durante las décadas de los ochenta y los noventa en casi todos los países de la región se llevan a cabo procesos de reforma del Estado y de descentralización que interrumpen temporalmente las dinámicas centralistas, permitiendo la emergencia de estilos nuevos en sus gobiernos intermedios y municipales, que denominaremos “buen gobierno local” (concepto más comprensible en los medios políticos y ciudadanos que el de gobernanza).
Las características del buen gobierno local –según se desprende del análisis de sus mejores prácticas- son sus métodos colaborativos y participativos, a saber: liderazgo democrático de las autoridades locales, desarrollo de los recursos humanos y trabajo en equipos, cooperación pública-pública, alianzas público-privadas, participación ciudadana e institucionalización de métodos de la gobernanza (redes colaborativas de autogobierno) (“El Buen Gobierno Local”).
La descentralización y la emergencia de formas de buen gobierno territorial ayudan a generar dinámicas democráticas nuevas, que permiten compensar -al menos de modo parcial- las viejas tendencias autócratas y autoritarias de las diversas formas de dictadura, gobiernos militares, caudillismos y populismos.
La modernización y descentralización del Estado y de democratización de las políticas públicas de las últimas décadas del siglo pasado, permiten que partidos políticos progresistas –apoyados por los sectores sociales menos favorecidos- lleguen al poder, sea bajo formulas políticas socialdemócratas moderadas (Chile, Brasil, Perú, Costa Rica, Panamá, Guatemala) o de movimientos políticos más radicales (Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, Paraguay). Aún en los países con menos radicalidad en los cambios (México, Colombia, Argentina) se observan interesantes procesos de renovación de las formas de hacer política y de relacionarse con la sociedad civil y con los ciudadanos.
No obstante, los procesos descentralizadores están perdiendo fuerza, tanto por factores nacionales internos de resistencia a los cambios, ya que implican la redistribución del poder (por ejemplo Chile), por las formas concentradoras que conllevan las luchas intensas por el poder (por ejemplo Venezuela), como por la pérdida de los apoyos a la descentralización que provenían de la cooperación internacional y de las agencias multilaterales de desarrollo. Como ocurre a menudo, las agendas de las agencias de cooperación cambian antes de haber sido ejecutadas y las burocracias internacionales adecuan sus propuestas (en gran medida, para adaptarse a los tiempos y sobrevivir como lo hacen muchos otros actores sociales).
Los propósitos democratizadores de la descentralización del Estado son reemplazados ahora por la búsqueda de la modernización rápida de los aparatos públicos (modelo de Nueva Zelandia) para acoplarse mejor a la apertura de los mercados, alineándose con los procesos de globalización. Los propósitos sociales y progresistas de la cooperación se reducen a los “objetivos del milenio”, que ignoran en gran medida los dinamismos nacionales y las especificidades locales (se trata, claramente, de políticas diseñadas “desde arriba hacia abajo”).
En este esquema, el eventual progreso de los países “emergentes” se vincula directamente –y de modo acrítico- con su capacidad de abrirse a los flujos de capital, a las nuevas tecnologías y a los intercambios comerciales propios de la globalización. Sólo hay que involucrarse en los dinamismos dominantes y el desarrollo llegará por añadidura, parecería ser la formula de moda hasta la llegada brutal de la actual crisis.
Planteamiento del problema o hipótesis de trabajo.
Los países de América Latina no lograrán un desarrollo humano-sustentable, abriéndose a las nuevas tecnologías, al ingreso de capital internacional y al incremento comercial, sino en la medida en que, paralelamente, se democraticen profundamente y apliquen estrategias de desarrollo territorial y endógeno sostenibles.
El desarrollo humano y sustentable no puede ser impulsado “desde arriba” y “desde afuera”, es más bien un proceso de liberación de capacidades humanas emprendedoras propias, que debe surgir en las ciudades y territorios, siendo dinamizado y realizado por los agentes locales y los gobiernos municipales (movilización del capital social). El desarrollo endógeno se debe sustentar en redes amplias de autogobierno (esencia del buen gobierno local) apoyadas en factores objetivos como técnicas más modernas de gestión (nueva gestión pública) pero, principalmente, en factores subjetivos como proyectos políticos movilizadores de largo plazo, motivación colectiva y culturas cívicas de colaboración (ejemplos de Porto Alegre, Villa El Salvador, Santiago de Chile, entre muchos otros).
La pobreza urbana (y rural) sólo podrá ser superadas si los sectores sociales que las sufren logran mayor poder y desarrollan conductas responsables y emprendedoras –tanto económicas como sociales- para cambiar y mejorar sus entornos, tornarse productivos y elevar sus ingresos de modo estable (empleo decente). Existen los modelos y las tecnologías para hacerlo.
Objetivos científicos y cuestiones críticas (preguntas-guía):
Factores críticos determinantes: ralentización de la descentralización y recentralización tanto por la crisis económica como por la lucha por el poder en varios países.
Ante esos factores es necesario reactivar los procesos de descentralización del Estado (devolver y compartir poder con los gobiernos locales) para crear y ampliar las formas y estilos del buen gobierno dinamizador del desarrollo.
• ¿Qué hacer para retomar la descentralización? Las asociaciones nacionales de municipios y el movimiento descentralizador tienen un rol crucial, les faltan propuestas e itinerarios.
• ¿Cómo evitar que la actual crisis y las luchas por el poder nacional (en varios países) se traduzcan en prácticas recentralizadoras? Importancia de la influencia de los movimientos municipalistas nacionales e internacionales en la moderación de los conflictos (ejemplo de Bolivia).
• ¿Qué hacer para compensar las tentaciones de los gobiernos nacionales y de la comunidad internacional para incrementar los controles y regulaciones centrales con disminución de la autonomía y de los recursos locales? Necesidad de una agenda anticrisis común de los gobiernos locales presentado y difundido por las asociaciones y sus aliados.
Implicaciones de los efectos de la crisis y de la recentralización en los cuadros de pobreza y en las dinámicas urbanas de las ciudades intermedias.
La crisis recaerá con fuerza en los territorios urbanos y rurales más pobres, generando situaciones sociales complejas. No obstante, en la medida que se descentralicen recursos públicos para enfrentar la crisis se abren espacios para la participación y posibilidades mayores para el desarrollo local:
• La crisis abre nuevos espacios a las competencias municipales, en especial a aquellas ligadas a la implementación de sistemas de protección social en tiempos de emergencia y al de acciones directamente dinamizadoras de las culturas productivas locales (apoyo a los pequeños emprendimientos). ¿Qué pueden o deben hacer los gobiernos locales y sus asociaciones al respecto?
• ¿Qué hacer para incrementar la efectividad y mejorar las capacidades de gestión de modo que los gobiernos locales estén mejor preparados para impulsar el desarrollo humano-sustentable? Importancia del asociativismo municipal de proximidad (mancomunidades) emergente ahora en A. Latina. El rol y la diseminación de las modalidades de gestión participativa y control social “desde abajo” (ejemplos de Bolivia y Brasil, entre otros).
El buen gobierno local (gobernanza local) y el marco institucional frente a la situación problema.
Retos, preguntas y recomendaciones para viabilizar las soluciones:
• ¿Cómo cambiar los estilos verticales y autoritarios de gestión pública todavía dominantes en América Latina para facilitar la emergencia del buen gobierno y difundir las mejores prácticas de gobernanza? Necesidad de gestionar y difundir mejor el conocimiento adaptado de los gobiernos locales efectivos, mediante alianzas entre el movimiento asociativo municipal nacional e internacional, las universidades y las ONGs (ejemplo del proyecto GOLDE y de las políticas españolas de cooperación descentralizada).
Conclusiones y aprendizajes útiles para la cooperación al desarrollo, especialmente dirigidos al ámbito local-municipal.
Las experiencias descentralizadoras abrieron espacios a formas efectivas de buen gobierno local en los diversos países (muchos ejemplos), que están ayudando a generar dinámicas de desarrollo “desde abajo”, que no han sido suficientemente estudiadas y menos debidamente diseminadas.
En la medida que estas dinámicas cesan, se vuelve a los procesos clásicos de concentración del poder por la clase política, sea por razones de conflicto político abierto (en algunos países) o por los rasgos centralizadores propios del estilo de desarrollo dominante (capitalismo globalizado). También las nuevas tecnologías –en la medida en que son apropiadas por los poderes públicos y privados nacionales- son funcionales a la recentralización.
Los procesos descentralizadores son, básicamente, de carácter político e implican variar las correlaciones de fuerzas que se les oponen. Para ello es fundamental un accionar más claro, estratégico y decidido de los actores públicos, privados y académicos partidarios de la democratización y de impulsar estilos de desarrollo humano-sustentable.
PONENCIA: LOS MICROESTADOS Y LA CIUDAD. ¿GOBERNANZA LOCAL Y COHESIÓN SOCIAL?
CARLOS SOJO OBANDO
Sociólogo costarricense (1963), tiene un doctorado en Ciencias Sociales por la Universidad de Utrecht en los Países Bajos. Entre 2000 y 2008 se desempeñó como Director de la Sede Académica de FLACSO Costa Rica. Ha sido miembro del Comité Científico del Council for Research on Poverty (CROP) del Consejo Internacional de Ciencias Sociales. Ha publicado más de 25 libros y medio centenar de artículos sobre temas de política exterior, relaciones internacionales, gobernabilidad democrática, cultura tributaria, exclusión social, pobreza, reforma del Estado, pobreza y políticas sociales. Su libro más reciente, publicado por FLACSO en mayo de 2008 se titula La modernización sin Estado: Reflexiones en torno al desarrollo, la pobreza y la exclusión social en América Latina.
Justificación
Por lo general, tras tres décadas de reformas económicas de inspiración neoliberal, América Latina es una región deficitaria en el desarrollo de la institucionalidad pública. Le tocó a comienzos de los años ochenta imaginar la construcción democrática en condiciones de austeridad macroeconómica y una aspiración, justo es decirlo, supersticiosa por los efectos positivos del equilibrio fiscal o mejor aún del ahorro neto de recursos públicos. La región se vio obligada a atender postergadas demandas sociales, bien sea por la incautación autoritaria de derechos políticos y libertades civiles, o simplemente por la consolidación de una forma patrimonialista, incluso pretoriana y como se dijo de la dinastía Somoza en Nicaragua “sultanística” del Estado, donde predominó la confusión estructural entre lo público y lo privado, en beneficio de una reducidísima corte de propietarios de lo público y sus protectores.
Los desafíos del Estado democrático de fin de siglo en América Latina son por lo tanto fundacionales. En algunos casos no fue la primera vez que arribó la democracia con su promesa de inclusión y equidad como ocurrió especialmente con los procesos re-democratizadores del sur del continente. En otros, como en Centroamérica, nunca se había visto hasta entonces una confluencia de apertura política y gobierno civil en todos los países de la región en ningún momento de más de 150 años de vida republicana. Por cierto tampoco en los pasados coloniales y preconquista.
En este recorrido la reforma del Estado ha sido conducida con una impronta economicista, o como advierte Albert Berry, tributaria de una interpretación conservadora de los lineamientos señalados en el llamado Consenso de Washington. Se ha desarrollado con mayor vigor la dimensión de la institucionalidad vinculada con el control macroeconómico y el estímulo a la producción, del mismo modo en que se fortaleció la maquinaria eleccionaria. Mientras ha quedado rezagada la construcción de los contenidos sociales del Estado. Esta evolución no es obra de la casualidad sino de una orientación estratégica impulsada desde la revolución neoliberal y neoconservadora del Reaganismo que imaginó para el continente una sociedad más democrática en términos electorales y más liberal en términos económicos. Lo social quedó así relegado a la condición de consecuencia o efecto residual. Los avances en superación de la pobreza y mejoramiento de la salud y la educación vendrían como resultado del progreso económico y la ampliación de la riqueza privada y pública que favorece el crecimiento.
Por eso, aunque ni los resultados económicos ni el desempeño democrático es inobjetable, ciertamente avanzaron más que la construcción de una forma propia de Estado social.
La hora de la discusión sobre el bienestar ha llegado, a pesar de todo. El debate actual sobre el desarrollo se centra en nociones como la equidad y la cohesión social y el desafío de la pobreza, ahora se reconoce, debe ser abordado con una fuerte carga de política pública incluso contracíclica, es decir, abundante en recursos en períodos de peor desempeño económico.
La cuestión que queremos abordar en esta ponencia es ¿cómo se instala el debate sobre el microestado urbano, el gobierno de la ciudad, en este contexto más amplio de construcción y reconstrucción de capacidades públicas? ¿En qué tanto es simplemente antiestatista la aspiración inicial por el fortalecimiento del gobierno local en una época de combate contra el Estado central? ¿Puede impulsarse con confianza y optimismo una agenda para el gobierno local que no ha sido posible atender desde las instituciones centrales? ¿Existe una política local realmente y actores sociales que la sustentan?
El microestado de la ciudad en clave de cohesión social
En principio si las tareas del desarrollo y la cohesión social suponen una exigencia poderosa para el estado central, es razonable preguntarse si son susceptibles de ser encomendadas y encargadas a los gobiernos locales.
Cohesión social es el referente de nuestra reflexión sobre la gobernanza local. Esta noción ha sido recientemente promovida en el debate del desarrollo especialmente dada la importancia que en su propio desarrollo, la Unión Europea le ha asignado a la incorporación activa de los menos privilegiados en las oportunidades del progreso económico y la democracia política. No hay todavía una definición, pero dos aspectos parecen ganar poco a poco la condición de componentes indispensables de cualquier definición: a) sentido de pertenencia y b) equidad.
Partiríamos entonces de proponer que la mejor gobernanza local es aquella que favorece la identidad comunitaria y mejora los niveles de equidad de la población.
Ahora bien la gobernanza local precisa recursos de gestión y ellos son al menos políticos, económicos y sociales.
Nos queremos preguntar hasta qué punto la estatalidad local, el microestado de la ciudad es políticamente posible. ¿Existe una Política urbana autónoma?; ¿es posible imaginar enlaces pero no sujeciones de lo local con lo nacional? ¿Hay intereses representable propiamente urbanos o estrictamente locales? En suma, ¿existen recursos de poder locales diferenciados de lo nacional-estatal?
Interesa también reflexionar alrededor de los recursos económicos. La primera cuestión relevante para la discusión es el vínculo entre la fiscalidad local y la gobernanza local. ¿Muchas necesidades y pocos recursos propios? ¿Suficientes recursos y limitada capacidad institucional y política para su gestión? Aquí la cuestión de la cultura tributaria de la ciudad, se engancha con una reflexión alrededor de una tradición evasora y una actitud más o menos generalizada, contraria al pago de impuestos directos sobre la renta y la propiedad.
Finalmente, interesa abordar el sustrato social de la ciudad. La latinoamericana es la ciudad de los contrastes por excelencia; el paradigma de la segregación espacial. Cualquier ciudad es múltiple. Los habitantes de la ciudad son fuerzas sociales concretas pero también sombras, tránsitos. La ciudad es lugar y no lugar (Bauman). Unos habitan la ciudad; otros trabajan en ella, otros simplemente transitan, van de paso, no aspiran a la implantación. El tránsito es una metáfora del caos vial y del transporte como de la condición humana forzada por la exclusión del acceso a medios básicos de trabajo y habitación. El migrante es un trabajador de paso; el habitante del tugurio o la villa miseria no aspira a otra cosa que ha salir de ella. Lo social de la ciudad se expresa en pares categoriales (Tilly): seguridad-inseguridad; empleo-desempleo; riqueza-pobreza; gueto-condominio. La pregunta acá es como gestionar esas tenciones desde el gobierno de la ciudad.
lunes, 11 de agosto de 2008
'Bushismos': las declaraciones más absurdas de George W. Bush
El último mandato del actual presidente de los Estados Unidos finalizará en otoño. Mientras, Oliver Stone prepara la película 'W', basada en la vida de Bush y cuya campaña publicitaria se basa en las frases más disparatadas del mandatario. Recopilamos las mejores perlas del Líder del Mundo Libre.
'La soberanía tribal es… una soberanía, y por eso puede entenderse con el Gobierno americano' (Agosto 2004)
'Si paso a la acción debe ser decisivo. No voy a lanzar un misil de 10 millones para darle a un camello en el culo' (Septiembre 2001)
'Yo sé en lo que creo. Y seguiré defendiendo lo que creo, por que creo que lo que creo es lo correcto'. (Julio 2001)
'Por cada disparo mortal, hay tres disparos no letales. Y eso, en América, es inaceptable' (Mayo 2001)
'En mi discurso de Estado… en la Nación del discurso… bueno, lo que sea, he pedido 4.000 horas de servicio vitalicio a cada ciudadano' (Abril 2002)
'El 4 de septiembre de 2001 estuve en las ruinas de las Torres Gemelas. Es un día que nunca olvidaré' (Octubre 2004)
'El nombre de esta guerra debería ser Lucha contra extremistas ideológicos que no creen en las sociedades libres y usan el terror para sacudir la conciencia del mundo libre'. (Agosto 2004)
'Nuestros enemigos tienen inventiva y recursos, como nosotros. No dejan de pensar en formas de atacarnos, igual que hacemos nosotros' (Agosto 2004)
'¿Cómo luchar contra el mal? Educa a un niño: entra en su casa y dile que le quieres' (Septiembre 2000)
martes, 5 de agosto de 2008
Pablo Milanes Arias
Pablito estuvo en Madrid el dia 28 de julio, en el Patio del Cuartel del Conde Duque, y como no podia ser de otra forma estaba alli para cantar.
Presento su reciente producciòn, Regalo se llama esta, y la verdad es que es un obsequio para los sentidos y para el alma. En Regalo Pablito compone todas las canciones y hace por completo la musica, una fusion de jazz con finisimos acordes de guitara como solo Pablo sabe hacerlo.
Les recomiendo a los amantas de Pablo que son muchos que se encuentren de nuevo con èl en esta producciòn que està por demàs decir es un nuevo canto a la vida, a la esperanza y a la resistencia.
lunes, 4 de agosto de 2008
Ruben Blades ...Vuelve.
Dos horas y media disfrutando de las canciones que han hecho disfrutar y pensar a varias generaciones de latinoamericanos.
Despùes de tres años sin hacer conciertos, Ruben debutò en Madrid en el Patio del Palacio del Conde Duque.
Todas sus canciones, las màs importantes, sus reflexiones.
Ruben pareciò disfrutar màs que nadie de aquella noche. Bailò, cantò, motivò el voto por Obama y explicò por que: Hace cuanrenta años un negro no podia subir a un autobus en E.U.A hoy dia si las cosas siguen como van, un negro puede ser Presidente.
Comparto esta foto con la que Ruben quizo obsequiar a la Republica Dominicana antes de su concierto.
Despùes de tres años sin hacer conciertos, Ruben debutò en Madrid en el Patio del Palacio del Conde Duque.
Todas sus canciones, las màs importantes, sus reflexiones.
Ruben pareciò disfrutar màs que nadie de aquella noche. Bailò, cantò, motivò el voto por Obama y explicò por que: Hace cuanrenta años un negro no podia subir a un autobus en E.U.A hoy dia si las cosas siguen como van, un negro puede ser Presidente.
Comparto esta foto con la que Ruben quizo obsequiar a la Republica Dominicana antes de su concierto.
jueves, 31 de julio de 2008
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